Los fitosanitarios son productos utilizados para proteger las plantas de plagas de enfermedades y malas hierbas que pueden afectar su crecimiento y producción. Estos productos pueden ser químicos sintéticos, productos naturales o biológicos, y se aplican a las plantas o al suelo para prevenir o controlar la propagación de plagas y enfermedades. El uso de fitosanitarios es una herramienta importante en la agricultura para garantizar la seguridad alimentaria y la producción de cultivos saludables, siempre siguiendo las regulaciones y recomendaciones de uso.

Un fertilizante es un producto químico o natural utilizado para proporcionar nutrientes a las plantas con el fin de mejorar su crecimiento y rendimiento. Los fertilizantes contienen diferentes combinaciones de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, y otros micronutrientes como hierro, zinc, manganeso, además de otros.

Estos nutrientes son absorbidos por las raíces o las hojas de las plantas y utilizados en sus procesos de crecimiento y producción de frutos o flores. Los fertilizantes pueden ser aplicados al suelo o a las hojas de las plantas, y se clasifican según su origen y composición.

Si los clasificamos por su origen, tenemos fertilizantes sintéticos u orgánicos: los sintéticos son producidos en fábricas y contienen nutrientes en forma química; los orgánicos, por otro lado, son de origen natural y contienen nutrientes en forma de materia orgánica, como estiércol, compost, o abono verde.

Es importante utilizar los fertilizantes de manera responsable y siguiendo las recomendaciones de uso, para evitar la contaminación del suelo y del agua, así como también para maximizar su eficiencia y minimizar los costos de producción.